'Blade Runner 2049': ¿Es tan mala como dicen?
La secuela de Blade Runner dirigida
por Denis Villeneuve es una gran película de ciencia ficción, pero no están
sorprendente como la original.
La
influencia de Blade Runner en
la ciencia ficción moderna es ineludible: su sombra se proyecta a través de la
mirada futurista no solo en lo estético, también en lo narrativo de formas tan
variopintas que cuesta imaginar.
Así
las cosas, era de esperar que hiciese lo que hiciese Denis Villeneuve con Blade Runner 2049, una parte de los
espectadores de la original se sentiría decepcionada. Lo cierto es que esta
secuela no proyectará la sombra que hizo la original, pues su eco es menor en
muchos sentidos. Pero es, en cambio, una de las mejores películas de ciencia
ficción que ha tenido a bien proyectarse en nuestros cines al menos, en los
últimos diez años. ¿Por qué? Por un futuro posthumano.
La
ciudad de Los Ángeles del año 2049 aún se está recuperando de una revolución,
el ‘apagón’ que nos narra el cortometraje animado de Shinichiro Watanabe,
que significó el alzamiento de los replicantes Nexus 8, herederos de los que
conocimos en Blade Runner.
Esta rebelión espartaquista también supuso, no obstante, el derrumbe de la
magna Tyrell Corporation, la compañía que los fabricaba.
De
las cenizas de aquello nació un nuevo conglomerado industrial capitaneado por
Niander Wallace, interpretado por (Jared Leto), que ahora controla no solo
la fabricación de nuevos replicantes, también la alimentación de las grandes
urbes en sentido literal, controla la agricultura, y figurado, es su mayor
proveedor de entretenimiento gracias a la realidad virtual.
En
este contexto, un policía llamado K, (Ryan Gosling), descubre un secreto
que podría significar la definitiva expansión del dominio de Wallace, y a su
vez la condena definitiva de la supremacía humana sobre la máquina.
Blade Runner 2049 amplía el universo, como buena secuela, en torno
a los nuevos retos que el paso del tiempo ha impuesto al mundo imaginado
por Philip K. Dick. En él, una raza replicante vive oprimida y perseguida
por los mismos motivos que llevaban a Harrison Ford a "retirar
chatarra". solo que, en esta ocasión, lo apuntado antes es ya una
realidad: los replicantes son indistinguibles de los humanos en lo físico-todos
sangran igual-, pero también en lo emocional.
Esta
vez no hay dudas sobre si nuestro protagonista es un replicante o no: K es uno
de ellos y vive enamorado de Joi, una inteligencia artificial sin cuerpo a la
que solo puede ver mediante realidad virtual. Los sentimientos de un replicante
que tiene miedo a perder lo que ama.
Decía
Bruce Sterling, uno de los padres del ciberpunk literario, que "todo lo
que se le puede hacer a una rata, se le puede hacer a un hombre. Y podemos
hacer casi cualquier cosa a las ratas. Es duro pensar esto, pero es la verdad.
Y no cambiará con taparnos los ojos. Esto es ciberpunk".
Ryan
Gosling es una rata en el film de Denis Villeneuve, replicante que debe tomar
el testigo de Roy Batty, eterno Rutger Hauer, para demostrar que es más
humano que los humanos. En una sociedad en la que los de su especie siguen
siendo la mano de obra esclava y despreciada -el propio K sufre bullying en su
vecindario y trabajo-, tendrá la responsabilidad de evolucionar, averiguando
qué le hace sentirse vivo.
En
aquella, la presencia neo-noir envolvía el reflejo decadente de la Metrópolis de Fritz Lang
mezclada con el Alphaville de
Godard, para dar como resultado algo distinto. El policía duro, la muchacha
frágil, el malvado asesino, el jefe gordo, tabaco, whisky y bajeza moral venía
aderezado con robots, naves espaciales y ciberpunk. El ambiente criminal era
esencial en su historia.
Blade Runner 2049 ofrece un desfile de poemas visuales que se
queda grabado en la retina. "La imagen en movimiento puede fundirse (y
confundirse) con una idea, ser una idea en sí misma o tener vida más allá de
las intenciones del cineasta", apuntaba con absoluta precisión la crítica
cinematográfica Desireé de Fez. Todo, da como resultado un acabado formal
al que se le puede achacar no tener un andamiaje narrativo a la altura.
Blade Runner 2049 está más cerca de Prisioneros que de la
película original Extasiado por ofrecer imágenes significantes, villeneuve se
olvida de su significado. Y por el camino comete un error que su antecesor
estuvo lejos de consumar: obviar la inteligencia del espectador y repetirle lo
que debería saber.
Todo
ello, contribuye a leer una metamorfosis clara de la ciencia ficción
contemporánea. Blade Runner plantea
preguntas, hacía reflexionar sobre cuestiones más propias del existencialismo
que del cine espectáculo. Blade Runner 2049 plantea respuestas, discurso claro
y concluyente que no va dirigido a hacer imaginar al espectador, sino narrarle
una bella fábula.
Por
fin sabemos que un replicante puede ser humano. Que los dioses solo quieren un
mundo entero que lleve su firma. Que el pasado es solo una construcción
imaginaria. Hemos cambiado las preguntas por respuestas. Parece ser que le toca
a nuestra generación, decidir qué tipo de ciencia ficción queremos.
Referencia: http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-197686/
Referencia: http://www.sensacine.com/peliculas/pelicula-197686/
COPIADO Y PEGADO DE:
ResponderEliminarhttp://www.eldiario.es/cultura/cine/Blade-Runner-2049-analisis_0_694680818.html
Se considera plagio